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lunes, 18 de marzo de 2013

Enrique Bunbury - Pequeño CD (Chrysalis, 1999)



Nombre del Álbum: Pequeño
Intérprete: Enrique Bunbury
Año: 1999
Duración: --:--

Track List:01 - Algo en Común
02 - Infinito
03 - El Extranjero
04 - Sólo si me Perdonas
05 - Lejos de la Tristeza
07 - ¿Dudar?, Quizás
08 - Demasiado Tarde
09 - De Mayor
10 - Bailando Con el Enemigo
11 - Robinson
12 - Contradictorio

Bunbury cambia de tercio en su segundo trabajo en solitario. Octubre del 99
En busca de los orígenes
Pasó por los Héroes del Silencio, tuvo su aventura electrónica con "Radical sonora" y ahora… cambia. Pero no sólo musicalmente. El cambio de Enrique Bunbury es, ante todo, una actitud personal, asumiendo los errores del pasado y sus peculiares comportamientos. Con "Pequeño" empieza el futuro, un futuro que surge de los recuerdos de la niñez.

Se le podrán negar muchas cosas, pero una, evidentemente, no: ante Enrique Bunbury nadie ha permanecido indiferente. Al lado de los miles y miles de fans que acumuló en su etapa como vocalista de Héroes del Silencio existían otros miles y miles de detractores que, simple y llanamente, no le aguantaban. Entre esta gente, más de uno y más de dos se encontraban con el poder de expresarse en los medios de comunicación, lo que suponía que, en una semana, Enrique podía ver su nombre en un periódico ensalzado como miembro del grupo de rock español más famoso de la época y al día siguiente aparecer ridiculizado hasta extremos impensados.

¿Qué provocaba eso? Quién sabe. Lo que sí era evidente es que Enrique, con su actitud y su displicencia, catapultaba a los sensibles hacia una sensación extrema. Los fans de los Héroes eran más fans que nadie (casi una secta militante cuyas actividades dejaban empequeñecidas las de cualquier otro club de fans que se precie), seguían a pie juntillas los mensajes etéreos de las canciones del grupo hasta crear "filosofías", mercadeaban con objetos de la banda (púas, baquetas…) pagando precios impensables… Por el otro lado, surgían los "antis", quienes no podían evitar la mueca de desprecio ante la sola pronunciación del nombre del grupo, quienes llevaban el sarcasmo hasta el arte a la hora de describir la manera de cantar o el modo de moverse de Enrique.

Todo esto pudo pasar a la historia tras la separación de los Héroes del Silencio… pero no pasó. Enrique reapareció con un nuevo proyecto musical muy alejado, en principio, de lo que esperaban los acérrimos fans de los Héroes y el asunto empeoró: quienes le despreciaban en su época "heroica" continuaron, pero una amplia cantidad de quienes suspiraban por las canciones de su anterior banda le tildaron de "traidor". Se había pasado a la música electrónica y había descabalado su colección de suspiros oníricos.

Ante la prensa, Enrique mantenía su actitud habitual. Su manera de hablar (casi literaria), su irreverencia hacia la crítica, sus gestos o su estética causaban el mismo impacto: sus detractores bombardearon su nuevo proyecto del mismo modo que antes lo habían hecho con las obras de Héroes del Silencio.

Ahora se presenta el cambio, se ofrece la tregua. Enrique ha grabado su segundo álbum en solitario en un universo que no tiene nada que ver ni con los Héroes ni con "Radical sonora". Empieza de nuevo. Y lo hace con humildad. "He sido un adolescente al que le ha costado crecer. Era pasional, pero también era irascible. Por supuesto que sé que era yo quien provocaba todo eso, pero lo que no sé es hasta qué punto era consciente de ello en aquel momento. En el fondo, me comportara como me comportara, lo único que quería era hacer canciones".


Está en Madrid para promocionar "Pequeño", una colección de canciones que se envuelven en una dirección intimista, personal. El 10 de octubre comenzará una gira de presentación del álbum que le tendrá ocupado durante quince fechas y quince ciudades que Enrique tomará con un concepto nuevo de puesta en escena. Se llamará "Pequeño cabaret ambulante" y contará con la presencia de diez músicos, entre los que habrá elementos de cuerda y sección de viento. A partir de entonces será cuando el zaragozano valore la respuesta del público y tomará decisiones respecto a una gira más amplia.

Porque, evidentemente, es el momento de decidir. "Pequeño" es una de las boyas que irán marcando el devenir de la carrera de Enrique, quien parece afrontarlo todo, ahora, de manera diferente. "Desde que empecé a grabar 'Radical sonora' tenía muy claro que quería hacer algo que se hiciera sólo en España: investigar, aprender, cambiar… El rock que me interesa ahora es casi el primitivo: Little Richard, Carl Perkins, Gene Vincent, Elvis… Creo que el rock hizo todo lo que tenía que hacer en los años cincuenta y el resto, lo que vino después, no fue otra cosa que darle vueltas. Yo ya no quiero discos miméticos, que suenen a tal estilo o a tal otro, y mucho menos que puedan asimilarse a algo anglosajón.

Deseo una reconciliación personal con mi país y con mi cultura porque durante mucho tiempo hemos tenido mucha vergüenza de las cosas españolas y las asimilábamos solamente con elementos de nuestro pasado. Ultimamente, por ejemplo, he escuchado mucha copla y he apreciado que en ese género hay tanta riqueza como la que podíamos reconocer en el tango; y, sin embargo, nosotros lo rechazamos y nos avergonzamos de ella".

¿Bunbury hablando de copla? ¿Es éste el Bunbury technificado de "Radical sonora"? Evidentemente no. "Con Héroes del Silencio "--dice--" vivimos todo lo que cabía dentro del rock'n'roll way of life. Para bien y para mal. Exito, fans, viajes… todos los tópicos. Fue muy divertido, pero ahora, con el tiempo, veo hasta patéticas ciertas actitudes que tomé ante la prensa, si bien encontraría alguna excusa si me hiciera un autopsicoanálisis. Luego, con 'Radical sonora' me apasionó descubrir el funcionamiento interno de cómo hacer un disco electrónico, expresarme a través de la tecnología. Lo malo de aquella época fue el enfrentamiento con los fans más fundamentalistas de Héroes. Supongo que había roto su sueño". ¿Y ahora? "Tengo treinta y dos años y estoy buscando muy atrás en mis recuerdos para encontrar la esencia de mi persona. Sé todo lo que me ha influido y por eso quiero buscar quién era yo hace años, antes de que me hubiera contaminado de todo lo que me ha rodeado en el mundo de la música. Y cuando digo 'contaminado' no lo digo en plan negativo: me refiero a lo que me ha afectado. Vivir, afortunadamente, es contrastar".

Las canciones de "Pequeño" nacieron en un pueblo de Tarragona. Enrique se encerró durante algunos días y posteriormente viajó a Almería, donde escribió las letras. "Describen lo que quiero transmitir. Este es un disco más confesional, más introspectivo. Quería desnudar mis preocupaciones y mis traumas y la sinceridad para expresar esto exige un lenguaje más sencillo. Creo que, a ese nivel, llevo escribiendo así desde que hicimos 'Avalancha'. Con ese disco empecé este camino", comenta.

En febrero comenzó a montar las canciones con la banda, los mismos músicos que colaboraron con él en "Radical sonora" excepto el nuevo guitarrista Rafael Domínguez. Finalmente grabaron en El Cortijo, el estudio de Ronda, y las cintas viajaron hasta Londres para incluir allí las secciones de cuerda y realizar la mezcla. "Cuando comencé a componer pensaba en un disco más electrónico, pero cuando tenía quince o veinte canciones se las mostré al batería y quedamos de acuerdo en que, aunque sí había material para un álbum, lo que iba a salir iba a ser algo diferente. Yo había estado tan embebido componiendo que no había apreciado el giro que iban dando las canciones. Al escucharlas sí aprecié cosas que me gustaban, cosas más mediterráneas, más cercanas, más españolas…"

En "Pequeño", además, es el propio Enrique quien se ha encargado de la producción. "Antes de entrar en el estudio me sonaba en la cabeza justo lo que quería hacer; lo tenía muy claro, por lo que decidí producir el disco. Eso tiene sus lados negativos, claro, como el tener que estar siempre pendiente de todo y el carecer de la visión externa que necesitas algunas veces, pero el álbum era tan confesional que tenía que sacarlo todo de mí" explica. El resultado le ha dejado satisfecho, aunque éste es de los hombres que suele madurar la opinión sobre sus obras y es crítico con ellas tras el paso del tiempo. En una ocasión señaló que solamente "Senderos de traición", de los Héroes, y "Radical sonora", su primera obra como Bunbury, habían sonado exactamente como él quería. Ahora, sin embargo, piensa que "aunque quedé muy contento con 'Radical sonora' hoy no coincido tanto en esa opinión: podía haber sonado más árabe. De hecho, hoy no estoy de acuerdo con ninguno de los discos que he grabado: en este momento los haría de otra manera".

Una de las cosas que influyen en el cambio de sonido de Bunbury es la búsqueda de la sencillez. "Al oído le resultan más sencillas estas canciones por su estructura: es una música más tradicional. He trabajado con la memoria, buscando más lo que llevamos en la sangre", señala el zaragozano. Eso no significa que "Pequeño" esté exento de complicación. Quien espere un disco acústico o un tratamiento musical fácil no acertará con este álbum. En él hay matices de sensibilidad, aunque plasmados con tecnología e instrumentaciones amplias. Del mismo modo que una sección de cuerdas o algunos vientos, en el disco es protagonista la última versión del software ProTools, el cual ha sido utilizado a conciencia.

Con todo, el álbum no se aproxima en nada a lo ofrecido en "Radical sonora" y menos todavía a la etapa "heroica" de Enrique. Eso afecta, lógicamente, al público al que va dirigida la obra. "Los artistas no elegimos nuestro público: es él quien elige a los artistas. A los Héroes del Silencio les eligieron los veinteañeros y los adolescentes, pero a mí me gustaría que la gente que escuchara 'Pequeño' no se limitara a una franja determinada de edad. Lo lógico sería que esa edad creciera tal como crece la música que hago. Puede que en el futuro termine haciendo música para la tercera edad, quién sabe. Lo cierto es que yo he hecho este disco pensando en que le gustara a gente como mis padres, personas de esa generación". ¿Supone eso que el espectáculo en directo estará enfocado también a un público diferente? "Creo que me va a costar acceder al público masivo porque quien haya seguido mi carrera puede encontrarse un poco descolocado ante lo que ofrezco ahora. Ahora me planteo presentar el álbum en locales pequeños y me gustaría que fuera en cabarets o teatros, pero con el tiempo también se podrá tocar en sitios como pabellones".

Queda por hablar de la última faceta, de esa personalidad repudiada por tantos que parece haber evolucionado. Ese Enrique displicente con la prensa y esas actitudes de "estrella" que muchos le achacaban. "Me gusta leer las críticas "--comenta--". Siempre se puede aprender si reflexionas sobre lo que dice la gente. Lo malo era que en la época de Héroes había críticos dogmáticos, gente con un odio que se salía de madre. Yo creo que el grupo no fue ni tan bueno ni tan malo: ni tan bueno como decían los fans acérrimos ni tan malo como nos señalaban algunas críticas. Creo que cuando se valore 'Pequeño' la gente carecerá de odio y se centrará más en lo que importa". Y lo que importa, según Bunbury, no es el entorno que rodea a las canciones, sino las canciones en sí: "Llevaba muy mal aquellos comentarios sobre mí, sobre el público, sobre mi aspecto… Ahora he aprendido a aceptarlo". ¿Y la otra parte? ¿Aquélla en la que se encuadran los eternos seguidores de Héroes del Silencio?. Algunos de ellos (sobre todo "de ellas") aceptaron la propuesta de "Radical sonora" solamente por seguir la figura de Enrique sin atender tanto a los resultados musicales. "Hay público que evoluciona y otro que no. Yo creo que puedo interesar a algunos de los que me conocen de los discos anteriores. A otros no les gustará y, del mismo modo, habrá gente a la que no le gustaba antes pero ahora puedo gustarle".

Parece evidente que, a estas alturas, no es el público lo que más interesa a Enrique: "Nunca voy a caer en la dictadura de la opinión pública porque, además, no siempre estoy de acuerdo con ella. A mí, por ejemplo, 'Radical sonora' me parecía más cercano a Héroes que este disco, el cual podríamos haberlo hecho cuando estábamos juntos".

Parece evidente, a estas alturas, hablar de ciertas cosas del pasado. El "asunto Héroes". ¿Se planteó realmente el cambio del grupo hacia tendencias más electrónicas? "Yo propuse algo así, sí, pero no creo que fuera eso, tal y como dice mucha gente, el motivo de la separación. Las heridas venían por otro lado: era un cansancio tanto físico como psicológico". Tras la separación del grupo llegó una última entrega discográfica, uno de esos recursos propios de compañía que recogía lo que se titulaba como "Rarezas". "Empecé involucrándome en el proyecto, pero lo que yo propuse era otro tipo de material y otro planteamiento para el disco. Luego, como estaba de gira en Sudamérica, me desmarqué de la cuestión y cuando apareció me encontré con un disco con el que no estoy de acuerdo y que, además, me parece mediocre y malo".

Oyéndole hablar no parece que pase por su cabeza ningún tipo de reunión, aunque las legiones de fans y la gente de la contabilidad suspiren por ello. "No, no lo creo "--dice--", aunque… nunca se sabe. Lo cierto es que nuestras vidas y nuestros proyectos musicales han ido por caminos muy diferentes".


Historia cerrada (olvidada, parece). Y ésa es una de las virtudes que nadie le podrá negar a este hombre: su facilidad para cerrar una puerta y abrir otra. Es innegable que supuso valentía el hecho de dejar el grupo de rock español más vendedor de su época, que esa valentía se volvió a demostrar en un proyecto vanguardista y electrónico y que ese mismo valor se vuelve a poner de manifiesto en este nuevo giro de la carrera de Bunbury. El siempre puso de manifiesto su gusto por innovar y señaló que los músicos españoles no innovaban por miedo al ridículo. "Hay mucha vergüenza en eso. Siempre es más fácil ser mimético con la obra de otros artistas o con la tuya propia que hacer algo diferente y nuevo. En España hay muy pocos casos de investigadores a nivel musical".- ¿Innovas tú en "Pequeño"?
- "No lo creo. En el disco encuentro un terreno interesante para expresarme y eso, ahora, no es que lo hagan muchos".

Bunbury habla de cada cancion.

* Algo en común. "Una canción en la línea de Divine Comedy. Crooner con orquestación, pero menos empalagoso: con cuarteto. Onda Scott Walker".
* Infinito. "Letra de tango dentro de una ranchera, con bandoneón y percusión cercana a Tom Waits".
* El Extranjero. "Es Goran Bregovic, pero no la hice pensando en él. Aunque quizás sea más Emir Kusturica. La mezclé tres veces".
* Sólo si me perdonas. "Es una bulería. Pero una bulería crooner . Es la primera vez que aparece la voz de Nuria Clavería".
* El viento a favor. "Es de lo más pop que hay en el disco. Pero pop mediterráneo: Carosone, Celentano, Battisti..."
* Lejos de la tristeza. "Aunque parece que es un tango, creo que tiene un aire cubano, con un toque naïf de programación de caja de ritmos de juguete".
* ¿Dudar?, Quizás. "Mi favorita. Una canción arábigo-andaluza, sin caer en la rumba pero estando cerca. Intencionadamente tiré más de lo árabe".
* Demasiado tarde. "Es un dub con estribillo Beatles. Como pensé que se me iba de madre le metimos el tumbao".
* De mayor. "Pensaba en Marlene Dietrich. Cabaret alemán. Introdujimos la mandolina y ritmos a lo Tom Waits".
* Bailando con el enemigo. "Como la visión de una balada de rocanrol de los 50, con Chet Baker de por medio, vista desde el Mediterráneo. Bruno Lomas o Adriano Celentano".
* Robinson. "La letra habla de la soledad y de lo poco importantes que son las cosas materiales. Es como un gospel pasado por Massive Attack".
* Contradictorio. "Marvin Gaye se va a Las Vegas. O el Elvis más soulero de los 70, en los discos que no son de directo". 

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